Cronica Villaverde-Melonares-Castilblanco. 14-11-2015

Ser el último en relatar las vivencias de la ruta, tiene sus inconvenientes y como no, también sus ventajas. Por un lado, el personal, ha ido recordándote aquellos detalles que te pasaron desapercibidos, no por ser  menos importantes,  pero si por ser imposible estar en todos sitios a la vez . Como desventaja te encuentras, que te quedan pocas cosas que añadir.
La noche, no había sido lo buena que hubiese deseado. Estuvo especialmente oscura.  No tuvieron nada que ver los nervios habituales de antes de una ruta. Dude mucho sobre el ir o no ir a esta convocatoria, pero la bicicleta no solo es deporte o amor por el campo también sirve de terapia psicológica y forma de evasión.

Como dice M.P.M recogí todo el frio del mundo en el cajón de salida. El invierno se había instalado en mi cuerpo. Sin duda tenía que haberme llevado la bata “Watiné” o la rebequilla de Seba. Al final va a ser verdad que tengo poca grasa o como dice mi madre “poca chicha”. Metidos en un barreño con hielo empezamos a rodar. Una veintena de kms se sucedían uno tras otro al compás que marcaba el canal, tan solo roto, por algún repecho corto y explosivo como a mi me gustan. Llegamos a la base del Pantano de Melonares con la sangre ya fluyendo por las piernas. Los amigos de Pece, que habían iniciado con nosotros la ruta para acompañarnos durante al menos  un tramo comienzan la subida sin apenas pararnos más allá del tiempo que dura el deshacerte de alguna prenda que empezaba a sobrar. Normalmente Melonares me cuesta más de lo que debiera. Hoy no fue así. Me encontraba bien y decidí subirlo en plato para probarme junto a ellos. Escalonadamente, todo el grupo, llega a las Tinajas que adornan la finca “Los Melonares”. Reagrupamiento y ponemos rumbo a San Benito,  haciendo un ligadillo ideado por los CR. Esta zona no la conocía. El campo muy verde, las amplias dehesas hacían que resaltase aún mas el aceitunado color, haciendo juego con mi bicicleta. Ganado Bravo en la lejanía ¿los ves Lancha? me decía Manuel. ¿yo?. Yo veo menos que un gato de yeso, chapurreé. El ritmo era bueno, algunos “Springs” lo animaban aún mas, pero siempre controlando el pelotón. Las pedaladas siguian siendo las mismas para todos. Un carril amplio, por donde me cuentan pasan las carretas de la romería, nos incita a dar de nuevo algún que otro acelerón (siempre verificado por los CRs) hasta la casa de los padres de Pece. Personas magníficas. Ya sabemos a quién sale el niño. De tal Palo tal astilla. Algunos fueron gratamente complacidos con oro liquido. Continuamos algo más contentos y satisfechos tanto en las piernas como en el estomago. El ladrar de los perros martilleaba en nuestros oídos de una manera increible despidiéndonos, ya podían haberlo hecho con el pañuelo, digo yo. No había parcela que no tuviese un millar de canes al menos. Los 50 kms previstos quedaron como eso, solo en una previsión. Nos iríamos hasta los 70 finalmente, siendo el desnivel aumentado en unos 300 metros aproximadamente. Tomamos Castilblanco por por la parte final del contraembalse. Unos bikers nos piden asesoramiento para llegar a Guillena. MMP, Seba y algunos más entre los que no me encuentro (solo soy capaz de guiarme por las estrellas y a esta hora se encontraban dormitando en su lecho) le hacen un croquis descriptivo digno de ser publicado en Google maps. El camino se convierte en un constante sube y baja, siendo algunas de estas bajadas realmente rápidas. No era aconsejable mirar el paisaje y perder de vista el carril. El grupo rueda bastante estirado. Seba pincha en una de ella. Pece y yo esperamos en lo alto de un repecho que enlazaría con la bajada del Cerrón, la llegada del Grupo. Curioso fue la cantidad de bikers que vimos arreglando pinchazos en esta zona.  Por estas pistas llegamos ya todos agrupados a Villaverde sin tener que hacer demasiado esfuerzo y disfrutando con la ofrenda de colores y olores, que nos ofrece la naturaleza. Una vez allí, ya terminada la ruta y a medio cambiar de indumentaria tuvimos la fortuna de seguir conociendo a la familia de Juanma (Pece), mientras degustabamos unas cervezas, algo de venado, ensaladilla y una cosa a la que llamaban Papas ali-oli que devolvimos nada mas probarlas ya que para nada se correspondian con su nombre. Un placer el ver y compartir estos ratos con toda la familia Pecepringosa.

killo,te alquilo pa las rutas como reportero con pluma ,(ojo no de pluma) si no con pluma de escribir,peazo de cronica como realmente nos tienes acostumbrados ,gracias campeon,un besaso.

Yo creo que los compañeros que no han podido hacer esta ruta espero que con la crónica, fotos y video hallan disfrutado como los que tuvimos la suerte de hacerla .

Lancha de nuevo me parece estar con vosotros con esas peazos de cronica tan minuciosamente explicada,Gracias por el interes y el esfuerzo que haces para que todos los pringosos quedemos enterado de las rutas de los demas compañeros que por un motivo o por otro no hemos podido asistir.Abrazos.

Para cuando la película, que no me la pierdo?
Eres un crack !!