Crónica Alcornocosa-Zufre-Higuera de la Sierra

Noche de intensas precipitaciones que hacían peligrar la salida de hoy.  El constante golpeo de la lluvia en las persianas y en el aparato del aire acondicionado, se encargaba de no dejarme dormir, tampoco era raro, es habitual  ésta circunstancia en la antesala de una salida a la sierra. Había quedado solamente con Angello, compañero fijo y asiduo en mis últimas rutas. Evidentemente la cosecha de colores sería corta. No habría caravana ciclista, que paseara por un escenario tan maravilloso. La temperatura era la ideal cuando empezamos a rodar y pronto nos sentimos rehenes del campo. Los pájaros dialogaban entre ellos. El terreno estaba de dulce dejando constatar el poder de los aguaceros caídos, reflejando el verde de todo lo que nos rodeaba. Marcabamos un ritmo acorde para permitirnos disfrutar del paisaje sin bajar el pistón. Subíamos poco a poco, cada vez  con más tesón y sin llegar a ser nunca un calvario. Angello siempre marcando el compás. Bajada hasta la presa del pantano que dormía plácidamente bajo Zufre. Observando con cada pedalada la belleza que se apostaba en ambos lados del camino. Alguna foto antes de iniciar el camino hacia el Castillo que se asomaba orgulloso, dueño, del  Municipio. Fue un largo tramo, de varios kilómetros,  siempre picando hacia arriba. Antes de poder tomarlo y sin recuperación alguna, nos enfrentamos a una larga subida empedrada y con un gran desnivel, sin duda construida como defensa del recinto amurallado. Irrechazable la oportunidad de hacer algún que otro retrato más desde este lugar, antes de realizar un recorrido por el pueblo en el que en ningún momento nos encontramos con una calle llana. El desnivel poco a poco se acumulaba en el GPS. Sin descanso pusimos rumbo hacia Higuera de la Sierra. Seguíamos subiendo. El paisaje cambiaba poco a poco, pero sin perder nunca el color que se había instalado en nuestras retinas. Piaras de cerdos descansaban tranquilos sabiendo que les quedaba al menos una Navidad mas. Llegada a Higuera dejando atrás el sendero de Juan Diego (tenemos que investigarlo) y parada para tomarnos un café y preguntar por la viabilidad de dicho sendero. Vuelta atrás por el mismo camino, al que los lugareños llamas carretera blanca ¿tanto habíamos subido? Nos preguntábamos mientras rodábamos con un ritmo realmente rápido que nos hizo llegar a Zufre en poquísimo tiempo. De nuevo tramo del pantano y de nuevo seguimos en bajada, hasta 60 kms/horas llegó a marcar descarado el cuentakilómetros. Descansados seguíamos hacia La Alcornocosa que fue nuestro punto de partida. Se sucedían pequeños repechos en los dos sentidos, hasta llegar a nuestro destino. Ultima subida para visitar la Ermita y de paso poder llegar a los 1.403 metros de desnivel. Grato encuentro con Richard que esperaba a compañeros de La PringaBtt que hacían una ruta por la zona pero en versión reducida y con otro horario, manteniendo con él una larga charla mientras procedíamos a cambiarnos de indumentaria. No pudimos verles ya que tardaban y teníamos algo de prisa, nos hubiese gustado mucho compartir una cerveza con ellos, pero no fue posible. Al final nos han salido 72 kms, de disfrute total. Ya solo toca esperar la próxima.