Crónica de Los Alcornocales

La Aurora, primogénita de la mañana – copio y pego, reconozco que la frase no es mía- nos despertaba, regalándonos un fabuloso día para dar pedales. Hoy estaba prevista la ruta de Los Alcornocales pero la convertiríamos en la ruta de “Fali”, no por ir a otro sitio, sino por merecimiento propio del rutón que se marcó, el susodicho. Nueve fuimos los que iniciaríamos esta ruta, en una mezcla homogénea entre gente de La Pringabtt y de Los Lobos de Quinto. Una leve brisa fría nos acompañaría en nuestros primeros golpes de pedal, pero pronto pasaría a ser historia al igual que lo fue la tostada ingerida en la Venta El Palancar (si los dueños leen está crónica, acuérdense que les estoy haciendo publicidad) donde coincidimos con el grupo de Seba que harían la ruta de Tavizna.

Pistoletazo de salida, nunca mejor dicho, imponiendo desde el principio un ritmo algo alto, teniendo en cuenta que sin previo calentamiento nos esperaban al menos 15-16 kilómetros de constante subida entre carretera y pistas, estas, ya dentro del parque de Los Alcornocales. A las primeras de cambio el grupo ya estaba roto, con 6 miembros por delante y los tres restantes subiendo a su ritmo. Desde que me inicié en esto de la bici, aprendí la dureza de rodar solo. Salimos juntos llegamos juntos, así que me tiré hacia abajo para acompañar a Fali, que rodaba con muchos apuros, a un ritmo cansino y muy por debajo de lo normal. Intenté aliviar  en la medida de lo posible su marcha, al menos al ir acompañado. Juan y posteriormente Fernando,  hacen lo propio y me sustituyen. Sin duda al igual que yo, creo, que a estas alturas ningún equipo nos llamará para competir en sus filas, así que el interés de llegar primeros, era inexistente. Aprovecho para probar mi gemelo y me pego a un flaquero  hasta el cruce de la Venta de la Víbora (Acuérdense también del tema publicitario, señores propietarios). Todos pensamos que Fali, no terminaría la ruta y que se volvería desde allí,  dejándose caer hasta los coches. Sin embargo, recupera un poco y decide seguir.  El asfalto sigue hostigando nuestras retinas y el interminable ascenso nuestras piernas. Llegada a la entrada del Parque de Los Alcornocales, la tónica había sido la misma. Las nubes quedaban a nuestros pies, simulando un lecho de algodón. Dadas las circunstancias y por unanimidad tomamos la decisión de acortar algo la ruta, restando los metros de la última subida y con ello los  kilómetros también. Pasaríamos  a 1400 metros de desnivel y sobre 60 kms respecto a los 1800 y 72 previstos inicialmente.

Bello, sería una definición simple. La última selva mediterranea como se le conoce. Alcornoques, quejigos y robles flanqueaban nuestro paso. La humedad se dejaba notar en ellos, cubriéndolos de musgo en gran parte. A sus espaldas las rocas eran las que mandaban en las alturas. Angel, vestido de gran Califa marcaba el ritmo a seguir con desparpajo. Las señales de fatiga seguían encaramadas en algunos, pero no se escuchaban respiraciones entrecortadas, más bien eran suspiros del alma como canta “La Pastori”. Pedalear era el tributo y paladear el paraíso, era la recompensa.  Maravilloso tramo en el que la luz se da a la fuga, apareciendo una densa niebla, que no era otra cosa que una nube, increíble, rodábamos por medio de una nube, mentiría si dijera de cual se trataba, stratus, cirros, nimbos, lo dicho ni idea, solo se que era puro espectáculo. Por aquí he oído que la llaman niebla veraniega –estamos en un invierno, raro, raro- o barbas del levante que también le dicen. . Algún que otro descanso acumulábamos mientras nos reagrupábamos. Rápida bajada para presentarnos en las puertas de una de las trialeras más bonita que he visto, con el agua corriendo indomable a nuestra izquierda, sombría, verde, muy verde y tremendamente húmeda, con el suelo cubierto de hojas. No tendría lógica alguna pasar sin inmortalizar este momento. Desembocamos en una pequeña riberita, antesala de una nueva gran subida, en la que nos encontramos con una fuente que serviría de excusa para parar a comer algo quien quisiera. Yo opté por seguir subiendo y no enfriarme.  Dura la subida y muy larga. A mediados de ella un todoterreno parado en media de una bifurcación nos indicaba lo peor; Montería. La fortuna nos sonrió y solo impedían el paso por la pista que nosotros no pretendíamos coger. Un ciervo corre despavorido a excasos metros de nosotros, sin duda asustado por el estruendo de los disparos que se escuchaban. Seguíamos subiendo y la cúspide no asomaba. Cada vez que creíamos que habíamos coronado nos sorprendía un nuevo repecho. El último fue tremendo, por no esperarlo. Nuevo reagrupamiento y ya en línea recta para coger el mismo camino en dirección a Ubrique, pero en bajada. Angel nos engaña a Fernando y a mi y en un rápido giro nos mete por un carril que va en subida hasta enlazar con el principal. ¡Advertencia! No corred trás  Angel, seguid con el grupo, siempre. Ahora si, bendita y aclamada bajada hasta el pueblo, rapidísima, de unos 10 kms, por carretera, donde a la llegada, un Fali, pletórico se había demostrado que sus límites estaban más alla de lo que creía. Había dado un salto. Esta era su ruta, la “Ruta de Fali”. Los demás más o menos los teníamos claro, pero él demostro que si se quiere se puede. Como ultimo destacar que a nivel personal , no tuve ninguna molestia en el gemelo, si acaso estar medio puntito por debajo de mi forma debido a la inactividad. Muy contento y espero que los Lobos de Quinto hayan disfrutado de esta ruta y se animen a seguir rodando con la familia de La PringaBtt.

je je je espectacular como siempre ,pero cada vez ,diferente ,muchas grasias por hacerme rtevivir la ruta otra vez el maldito lunes je je je

Si señor todo un lujo poder leer tú crónica lancha,eres grande que me gusta los lunes para ver o leer esas rutas que se hacen en este pedazo de club.

Amigo lancha como bien dice mi amigo miguelon es un autentico placer leerle esas pedazos de cronicas y perdone que mis frases y mi vocabulario no este a la altura para agradecerle con todo merecimiento su trabajo. muchos periodistas notables quisieran hacer estas cronicas que haces,jajajaja.Enhorabuena de nuevo.